La cafeína es uno de los agentes psicoactivos más consumidos en el mundo, es tomada en diferentes formatos y concentraciones, y puede ser encontrada en una diversidad de frutos y hojas utilizadas para la producción y preparaciones.
Dentro de las principales razones por las que su consumo es parte de un hábito para muchas personas se debe principalmente al efecto que tiene en el estado de alerta de las personas que lo consumen. Este efecto incentiva su inclusión como complemento a comidas para partir el día o bien como complemento a una jornada de trabajo. Principalmente porque entre todos compartimos la experiencia de que la cafeína nos “despierta” (Van Dam, Hu & Willet, 2020).
El efecto característico de la cafeína en nuestros estados mentales se debe principalmente a que su estructura química es lo suficientemente similar a la de un neuromodulador en nuestro cerebro. Este neuromodulador es la adenosina, y una alta acumulación de ella inhibe nuestro estado de alerta y produce somnolencia, permitiéndonos conciliar el sueño. Es por esta similitud que la cafeína en una dosis moderada se une a los receptores de adenosina y reduce el estado de somnolencia, nuestro tiempo de reacción ante estímulos y nos ayuda a mantener un estado de alerta (Carús-Cadavieco & de Andrés, 2012). Es decir, la cafeína no necesariamente “da energía”, sino más bien que disminuye la sensación de somnolencia o fatiga, permitiéndonos sentir que estamos más despiertos.
Debido a este efecto en nuestro sistema nervioso, se disminuye por un periodo de tiempo determinado la capacidad para conciliar el sueño. Por ello se recomienda reducir o evitar el consumo de cafeína muy tarde durante el día. Un consumo habitual cercano al horario de descanso puede resultar en una reducción en la calidad de sueño. Si bien el consumo de cafeína no posee componentes adictivos, la reducción del consumo habitual puede llevar a experimentar síntomas de abstinencia, tales como: dolores de cabeza, fatiga, alerta disminuida y ánimos depresivos. Estos pueden reducirse mientras se reduzca gradualmente el consumo al tratarse de un consumo rutinario (Van Dam et al.,2020).
El consumo de cafeína genera efectos perceptibles a corto plazo relacionados a una alteración de nuestro estado de alerta y de nuestra presión sanguínea momentáneamente. Estas percepciones físicas deben ser consideradas en relación a los estados de alerta en los cuales se encuentra uno y en relación a las dosis consumidas, ya que la cantidad de cafeína y el horario en el que se consume puede impactar nuestro ciclo de descanso y posteriormente generar abstinencia al tratarse de dosis altas en un consumo habitual. Estos efectos pueden además inducir ansiedad en personas con trastornos de ansiedad y bipolaridad, dado que ellas pueden relacionar los síntomas físicos del consumo a un malestar experimentado por su diagnóstico específico. Un consumo de altas dosis de cafeína puede inducir sintomatología ansiosa, haciendo propensas a personas con trastornos de ansiedad o bipolar de experimentar ansiedad tanto por los efectos a corto plazo como bien por los efectos de la abstinencia. (Van Dam et al.,2020).
Por ello es necesario considerar que al consumir al sumarle cafeína a un estado ansioso, puede resultar en el incremento de una respuesta física, lo cual puede activar asociaciones en la persona de un episodio ansioso o bien uno depresivo en el caso de síntomas de abstinencia.
Es recomendable mantener un consumo adecuado, si bien la cafeína solo es dañina en dosis elevadas, su consumo moderado puede ser beneficioso para nuestro estado de ánimo en la medida que estemos conscientes de las horas a las que consumimos, la cantidad y nuestro ánimo al hacerlo. Si bien la cafeína no tiene características adictivas es necesario estar al tanto de las reacciones que se pueden tener en un periodo de abstinencia en alguien que consume habitualmente.
Referencias
Van Dam R., Hu F., Willett W (2020) Coffee, Caffeine, and Health. N Engl J Med. 2020. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32706535/
Carús-Cadavieco M., Isabel de Andrés (2012). Adenosina y control homeostático del sueño. Acciones
en estructuras diana de los circuitos de vigilia y sueño. Disponible en: https://repositorio.uam.es/bitstream/handle/10486/668934/adenosina_carus_RN_2012.pdf?sequence=1