Cuando hacemos un recorrido por los noticieros y las redes, es inevitable sentir que enfrentamos un mundo de transformación acelerada, un escenario complejo y una sociedad en constante crisis, y que el nivel de estrés y preocupaciones que diariamente tramitamos, a menudo, sobrepasa nuestra tolerancia. ¿Alguna vez sentiste que ya «no das más» y como decía Mafalda, querías bajarte del planeta? Levantarnos cada día preparados para una carrera en la cual a la meta nunca se llega es normal, el agotamiento mental que parece ir en aumento en las personas y sentirse débiles, con las pilas agotadas y con esa sensación que el cuerpo reclama. El cansancio mental afecta el cuerpo, el estado anímico, la percepción de felicidad. Los pensamientos se disparan como metralletas, porque ante la ansiedad, la mente busca soluciones y en este estado ponemos en riesgo la salud y el bienestar. Junto a esto, una vida exigente, la falta de actividad física continua, que llega muchas veces al sedentarismo en algunos casos o en otros, la exigencia extrema y obsesiva, incrementan la posibilidad de entrar en un estado de agotamiento psicológico y muchas veces es la puerta de entrada para la depresión, la ansiedad y las enfermedades. Preguntarse por el estilo de vida que tenemos y se requiere incorporar algunos hábitos más saludables que es la forma de protegernos el cuerpo, la mente y el corazón. Hacer ejercicio, relaciones sanas, una buena alimentación, espacios de esparcimiento, afectos, amigos, dormir lo que se necesita, trabajar sin entrar en un estado o actitud «trabajólica». Y cuidar la mente de nuestros propios pensamientos persecutorios, agradeciendo, siendo positivo. Tenemos muchas alternativas al alcance nuestro, los vínculos, la meditación y/o la práctica del mindfulness, respirar, fluir, disfrutar un paseo, son herramientas que nos ayudan a vivir de manera más amigable con nosotros mismos y evitar ser un estrés crónico, que no alcanza a gestionarse provocando un cuadro de fatiga mental, el cual afecta el rendimiento, las relaciones con los seres queridos, porque andamos más irritables. Tener el espacio de auto cuidado y buscar ayuda si ya estamos al borde del colapso y no logramos parar tendrá beneficios en nuestro desempeño, salud y calidad de vida. Efectivamente, el tiempo que dedicamos a disfrutar, a relajarnos se traduce en que en un estado de equilibrio logramos más con menos esfuerzo, somos más eficientes, funcionamos mejor y disfrutamos incluso el trabajo. Esto, de acuerdo a estudios que pueden medir la capacidad de respuesta de la persona ante grandes exigencias, tanto en la intensidad como en la duración del esfuerzo mental que se hace, es decir, aquel esfuerzo que involucra las funciones cognitivas como la atención, la memoria, el procesamiento de la información, etc.
Así se puede detectar que existe una relación entre las señales de fatiga cuando y la disminución del rendimiento y el aumento de los errores en tareas que normalmente hacemos sin equivocarnos.,
Estudios demuestran que es posible detectar que existe una relación entre las señales de fatiga y la disminución del rendimiento, así como el aumento de los errores en tareas que normalmente hacemos sin equivocarnos. Existen muchos factores que afectan la capacidad de resistencia de una persona al estrés y el cansancio, muchos de los cuales son psicológicos y otros tienen que ver con el ambiente y las condiciones contextuales en las que nos desenvolvemos o trabajamos. Cuando estamos fatigados, se produce una progresiva debilitación de la capacidad de resistencia de la persona sometida a un esfuerzo intenso prolongado.
¿Qué es la fatiga mental?
La fatiga mental es un estado de cansancio mental que puede afectar a cualquier persona y en cualquier momento. Los síntomas principales que pueden mostrar indicios de fatiga en el contexto de trabajo pueden ser los siguientes:
- Disminución de la atención y concentración.
- Fatiga y cansancio general.
- Dolor de cabeza.
- Cansancio en la vista.
- Adormecimiento de piernas y brazos.
- Resultados insatisfactorios en el trabajo.
- Irritabilidad.
- Malestar de estómago.
- Alteraciones digestivas.
- Sensación de apatía.
Cuando se habla de fatiga mental, se pueden distinguir dos tipos:
Fatiga normal: En algunas circunstancias y dentro de ciertos márgenes, ésta se recupera mediante el descanso habitual. Puede surgir como expresión de la necesidad de modificar la situación ajustándola a las condiciones y capacidades personales de las personas. En caso de que no se recupere con el descanso normal, puede ser un síntoma o indicio de alguna patología física o disfunción emocional. Fatiga patológica: cuando el estado de malestar se mantiene a lo largo de los días, independientemente de lo que se descanse. Puede llegar un momento en el que se siente fatiga ya desde el comienzo de la jornada, a pesar de haber descansado y una cuota adecuada.
¿Cómo prevenir el cansancio mental?
Si deseas prevenir el padecer de fatiga, comienza por organizar tu tiempo y tu trabajo y considera pausas y descansos. Cabe mencionar que, para que las pausas sean efectivas, es imprescindible desconectarse física y mentalmente del lugar de trabajo, cambiando el foco de atención y realizando otras actividades, posiblemente recreativas. El número, la duración y la distribución de las pausas a lo largo de la jornada de trabajo están en función de la intensidad de este, es decir, de las condiciones y exigencias del trabajo y de la capacidad de resistencia de la persona.
El tener la posibilidad de tener espacios intermedios en que el trabajo no este presente permitirá reciclarse y renovar la energía mental que se requiere para las tareas , mejorando la eficiencia y la eficacia. En definitiva este tiempo destinado a recuperarse del cansancio tendrá beneficios para la persona y la productividad.
La capacidad reparadora se fortalece si es posible contar con pausas , en medio del trabajo. A menudo la reducción de horas laborales , la posibilidad de contar con un espacio amigable de verdadero descanso al final de la jornada , tomarse vacaciones y no tener que pensar en el trabajo permitirá a futuro rendir mejor.
En algunos casos cuando aún cuando se toma descanso, se delega , se ponen limites y el malestar continúa es una buena alternativa consultar con un profesional del área de la salud y evitar el riego de encontrarse en un estado de fatiga patológica.
Resumen de algunas recomendaciones para sentirse mejor
- Comer saludable ayuda a cuidar el cuero y contar con la energía necesaria para las tareas desempeñadas.
- Un descanso de calidad que nos desconecte y con el necesario tiempo para reciclar nuestro organismo de largas jornadas de trabajo o las multitareas realizadas a diario.
- Una necesaria higiene del sueño que ofrezca las condiciones para dormir en espacios sin ruidos ambientes cómodos.
- La actividad física regular e fundamental , permite liberar estrés, incrementa las hormonas de la felicidad , mejora el cuerpo y el alma.
- El bienestar psicológico ayudara y eso tiene que ver con la actitud y el auto-cuidado. Contar con reses de apoyo, vínculos estables , buenas relaciones de pareja, familiares.
- La capacidad de gestionar emociones perturbadoras y lidiar con las tensiones emocionales , aceptando lo que no podemos cambiar y ser activos en mejorar las condiciones de vida , aprovechando y buscando oportunidades laborales que permitan una realización personal, sentirnos contentos en lo que hacemos.
- La prevención requiere de lograr equilibrio en la vida, fortaleciéndonos día a día con las experiencia incluso dolorosas y sobre todo aprender a ser felices con cosas pequeñas .
Equipo de salud Mental
Centro Rumbos