Rosa Santelices
En contexto de pandemia, se puede visibilizar la hiperfagia o hambre emocional como síntoma derivado del estrés, causado por la emergencia sanitaria. Como bien se ha mencionado los ciudadanos están experimentando síntomas asociados a la “fatiga pandémica” producto de las normas restrictivas para mantener el cuidado sanitario. Un factor que aumenta los niveles de cortisol en la ciudadanía (Meixueiro, 2020).
Nos referimos a la hiperfagia o hambre emocional por estrés, cuando la ingesta de alimentos no es causada por la sensación de hambre, más bien es por algún conflicto interpersonal (aburrimiento, sensación de angustia, tristeza o dificultad en la resolución de problemas), comprendiendo que los estados anímicos influyen en la elección de alimentos, los componentes afectivos hace aún más difícil la relación emoción y alimentación (Meixueiro, 2020).
Sin embargo, es necesario identificar la sensación de hambre, o comer por ansiedad generada por estresores internos o externos, comprendiendo que la hiperfagia es respuesta de malestar psicológico o social, a modo de ejemplo, como cuando decimos tengo pena “como”, estoy enojad@ o feliz “como” para dar una explicación más concreta, podemos decir que ponemos la energía en la comida o nos tragamos las emociones.
– Como identificar hambre real u fisiológico; viene de a poco (movimiento de tripa), se puede esperar a comer, quedar satisfecho y saciado (Decima, 2019).
– Hambre emocional: viene de la nada, como un antojo, un ejemplo; quiero un chocolate y solo quiero eso, algo específico, uno come para calmar la ansiedad y aflora el sentimiento de culpa e insatisfacción una vez terminado (Decima, 2019).
Hay desencadenantes que llevan a las personas a comer de manera compulsiva, como emociones, sentimientos y percepciones, también influyen los factores socioculturales de la población, es necesario identificar la frecuencia, el estado emocional que experimentamos en ese momento, ¿cuándo y dónde comemos desde el hambre emocional?, para que “comer” no sea una vía de escape de las emociones.
Según la psicóloga Margarita Ungo (2019), una consecuencia importante, seria no poder identificar que nos está pasando y no conectar con nuestras emociones. Es de vital importancia ser consciente de este hambre emocional, dado su permanencia en el tiempo puede alterar el estilo de vida en los hábitos alimenticios, llegando a generar una conducta compulsiva, difícil de sostener (Decima, 2019).
Se recomienda, identificar el hambre emocional, si este origina un problema para la persona, es necesario acudir a un profesional de la salud mental, también se recomienda trabajar con un nutricionista de forma paralela para ayudar a ordenar hábitos de alimentación, considerando que son los más indicado para abordar la situación, comer comida rica en nutrientes, vitaminas, disminuir la comida chatarra del hogar, generar pequeños cambios de hábitos en la alimentación y las rutinas sedentarias (Decima, 2019).
Bibliografía
Decima, R. (1 de noviembre de 2019). ¿Qué es el hambre emocional y cómo evitarla? El País. Obtenido de https://www.elpais.com.uy/vida-actual/hambre-emocional-evitarla.html
Meixueiro, T. L. (septiembre de 2020). Salud mental, corporal e hiperfagia por estrés. Medicus(7).