«La personalidad es una organización multidimensional que involucra pensamientos, emociones y conductas, orientando y guiando a la persona en la manera en que vive su vida, se relaciona con los demás, consigo misma y con el mundo. Está integrada por estructuras y procesos, reflejando tanto el temperamento y las predisposiciones genéticas como el aprendizaje y la experiencia. La personalidad incorpora la forma en que asimilamos las experiencias, las situaciones vividas y las huellas que estas dejan, así como las relaciones primarias, los efectos del pasado y nuestra visión y proyección hacia el futuro.»»
La personalidad es aquello que identificamos en nosotros mismos y en los demás, como algo que nos distingue y nos hace abordar la vida y las cosas desde una particularidad única. Puede aparecer de manera inesperada en momentos en que algo nos hace reaccionar o en cmo nos desenvolvemos dia a dia.
La personalidad es algo intrigante y fascinante a la vez, y ha sido de interés humano a lo largo de los siglos. Muchas definiciones en la psicología y la psiquiatría dan cuenta de algunos aspectos, aunque difícilmente abarcan una totalidad que nos deje satisfechos.
De este modo, definir la personalidad en una conceptualización única o categórica puede empobrecerla y dejar aspectos relevantes fuera de una mirada limitante. Esto se explica porque las particularidades, características y dimensiones son tan amplias que cualquier definición corre el riesgo de empobrecerla y reducirla.
Aun así, toda definición y comprensión de la personalidad, abordada desde múltiples perspectivas, ha sido un aporte a la comprensión de lo que «nos hace ser como somos».
En términos generales podemos afirmar que la personalidad es «esa manera más o menos estable que reconocemos en nosotros y los demás», es la suma de nuestras características internas y externas, nuestras acciones y nuestros pensamientos tambien son elentos determnande adi como nuestras accione
Distintas posturas y las distintas corrientes psicólogicas ofrecen distintas perspectivas.
Definiciones como “La personalidad es la estructura dinámica que tiene un individuo en particular; se compone de características psicológicas, conductuales, emocionales y sociales” (Seelbach, 2013, p.9), nos ayudan a comprender lo que nos hace únicos como individuos. Aquello que es genuino y que muchas veces escondemos tras una máscara protectora que puede ayudarnos a ocultar mostramos al exterior como una forma de protección, quienes reaalmente somos.
La Personalidad a lo Largo de la Historia
Desde hace siglos, los seres humanos han estado motivados en desentrañar los misterios de la mente humana y saber cómo llegamos a ser tan distintos unos a los ortos. Encontramos antecedentes en la antigua Grecia, donde los griegos creaban personajes que adquirían comportamientos y vida en el teatro griego, utilizando máscaras para representar distintas facetas. Así, surgía la idea de que una persona podía asumir diferentes personalidades dentro de sí misma, dando origen al concepto de personalidad derivado de la palabra «persona».
Con el paso del tiempo, Cicerón aportó al concepto de personalidad definiendo cuatro características: la apariencia externa de un individuo, el papel que desempeña en la vida, las cualidades que lo conforman y el prestigio social que posee.
En la época clásica, el concepto de personalidad adquirió nuevas dimensiones. Desde la filosofía medieval, se empezaron a explorar aspectos éticos y distintivos del individuo, lo que enriqueció la comprensión de la personalidad como algo más que una simple máscara externa. Teólogos como Boecio vincularon los términos persona y esencia, dando lugar a la idea de la persona como una sustancia individual y racional.
Con Santo Tomás de Aquino, la racionalidad se convirtió en un atributo central de la personalidad, destacando la importancia del individuo por encima de cualquier otra realidad. Este enfoque filosófico abrió la puerta a una variedad de definiciones posteriores y luego se han seguido construyendo teorías sobre la personalidad, que han sido enriquecidas a lo largo de la historia.
Explorando la Personalidad desde la Perspectiva Psicológica
. ¿Porque somos como somos ? y ¿Por qué somos tan distintos entre nosotros? Estas preguntas han impulsado el estudio de la personalidad .siendo abordada de diversas formas. Los psicólogos Leal, Vidales y Vidales (1997) proponen tres enfoques para comprenderla: como la organización total de las tendencias reactivas, patrones de hábitos y cualidades físicas que influyen en la efectividad social del individuo; como un modo habitual de ajustes entre los impulsos internos y las demandas del ambiente; y como un sistema integrado de actitudes y tendencias de conducta que se adaptan a las características del entorno.
Además, la personalidad se clasifica en tres grupos de cualidades propias de cada persona: los atributos personales, que organizan al ser humano en diferentes etapas del desarrollo; el ajuste, visto como un fenómeno evolutivo de supervivencia y adaptación al medio; y las diferencias individuales, que hacen que cada individuo sea único en su grupo (Leal y cols., 1997).
Según Allport (1975), la personalidad se refiere a la integración de todos los rasgos y características del individuo que determinan una forma de comportarse. Es decir, nuestra personalidad se forma a lo largo de nuestra vida, influenciada por factores ambientales, biológicos y sociales.
Dos términos cruciales en el estudio de la personalidad son el temperamento y el carácter. El temperamento, según Allport (1975), es un fenómeno naturalmente emocional, influenciado por factores genéticos y hereditarios, mientras que el carácter se refiere al grado de organización moral que posee un individuo, influenciado por juicios de valor y experiencias personales (Lluís, 2002).
Aunque se ha explorado la personalidad desde enfoques genéticos y evolutivos, su estructura es permanente y única para cada individuo. A partir de los tres años de edad, se pueden identificar ciertos aspectos de la personalidad que facilitan el bienestar y la supervivencia en el medio, aunque esta puede adoptar diferentes patrones a lo largo de la vida (Díaz & Díaz-Guerrero, 1997).
Teorías de la Personalidad
Las teorías de la personalidad nos ofrecen un marco conceptual para comprender la complejidad del ser humano y han surgido desde los distintos enfoques psicologicos, diversas teorías que intentan explicar cómo se forma y se manifiesta la personalidad de cada individuo. Estas teorías no solo nos ayudan a entender la esencia de la personalidad, sino que también nos proporcionan herramientas para evaluar, medir e interpretar las diferencias individuales en el comportamiento humano.
La teoría psicodinámica de la personalidad, desarrollada por el psicoanalista Sigmund Freud. Según Freud, la conducta de una persona es el resultado de fuerzas psicológicas que operan dentro del individuo, la mayoría de las cuales están fuera de la conciencia. Esta teoría postula que la personalidad está compuesta por tres estructuras: el ello, el yo y el superyó. El ello representa los impulsos básicos y los deseos inconscientes, el yo actúa como mediador entre el ello y el mundo exterior, y el superyó funciona como la voz moral que guía el comportamiento (Morris y Maisto, 2005).
Freud también propuso que la personalidad se desarrolla a lo largo de cinco etapas psicosexuales, desde la etapa oral hasta la etapa genital, cada una de las cuales está asociada con ciertos tipos de comportamiento y experiencias emocionales. Por ejemplo, según Freud, los niños que experimentan una gratificación adecuada durante la etapa oral tienden a desarrollar una personalidad optimista y confiable, mientras que los que no la experimentan pueden volverse pesimistas y hostiles en la edad adulta (Pervin y John, 1998).
Existen distintas estrategias de evaluación de la personalidad, como las técnicas proyectivas y las técnicas verbales. Estas herramientas se basan en la idea de que las personas proyectan sus pensamientos, emociones y deseos inconscientes en su comportamiento y en sus respuestas a estímulos específicos.
Por ejemplo, el Test de Rorschach, creado por Hermann Rorschach, consiste en una serie de manchas de tinta que el individuo debe interpretar, revelando así sus percepciones y emociones subyacentes.
Otro enfoque es es el cognitivo que da enfásis a como la forma de pensar y actuar influye en nuestra conducta. Bandura comprende la personalidad es una mezcla de pensamientos, aprendizaje y ambiente. ¿Qué significa esto? Bueno, que lo que pensamos y lo que vemos afecta cómo nos comportamos. Por ejemplo, si creemos que somos buenos en algo, es más probable que tengamos éxito en eso. Esto se llama autoeficacia.
Rotter, por su parte, nos dice que nuestras expectativas también juegan un papel importante. Si esperamos un buen resultado, es más probable que nos esforcemos para lograrlo. Y si creemos que podemos controlar lo que nos sucede, nos sentiremos más seguros y capaces.
Bandura también nos habla de la importancia de los modelos en nuestra vida. Observamos a otras personas y aprendemos de ellas. Esto nos ayuda a desarrollar patrones de comportamiento que son adecuados para diferentes situaciones.
Vamos adquiriendo una manera de ser a partir de cómo pensamos, lo que aprendemos y lo que observamos en nuestro entorno. Todo esto influye en cómo nos comportamos y cómo nos relacionamos con el mundo que nos rode
A una Teoría Integradora de la Personalidad
La personalidad humana es como un rompecabezas , cada pieza representa diferentes aspectos del del ser humano ya que somos seres muldimensionales .Comprender de manera integral la personalidad equiere buna visión amplia que considere, cuerpo, mente, emociones , lo consciente e inconsciente e incluso la dimensión de trascendencia.,
La convicción de que la personalidad no puede reducirse a una sola dimensión, como el temperamento, el carácter o la inteligencia motiva construir una teoria integradora que ademas considere los aspectos psicopatologicos. la teoría integradora de la personalidad nos ofrece un enfoque holístico y comprensivo para entender la complejidad del ser humano. Al reunir los diferentes aspectos de la personalidad en un modelo unificado, nos proporciona una base sólida para la investigación y la práctica en psicología
Una de las contribuciones destacadas de una teoría integradora son los «Cinco Grandes Rasgos de la Personalidad», también conocidos como Big Five. Estos cinco factores -extroversión, agradabilidad, escrupulosidad, estabilidad emocional y apertura a la experiencia- proporcionan un marco sólido para entender la diversidad de la personalidad humana constituyendo una herramienta para la evaluación psicológica.
El respaldo para este modelo proviene del análisis del lenguaje y de estudios transculturales que han demostrado la universalidad de estos cinco rasgos.
Otra contribución importante es el modelo de los Siete Factores de Cloninger, que distingue entre dimensiones temperamentales y caracterológicas. Estos factores reflejan tanto disposiciones innatas como diferencias individuales desarrolladas a lo largo de la vida, y ofrecen una visión más completa de la personalidad.
El modelo evolutivo de Millon combina aspectos de diferentes perspectivas teóricas, incluyendo la psicodinámica, la cognitiva y la biológica, para comprender la personalidad en su totalidad.