Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) –anorexia nerviosa (AN), bulimia nerviosa (BN) y trastorno por atracón (TA)– son enfermedades que han aumentado exponencialmente en los últimos años. Se ha visto que en Chile al menos el 6% de la población ha tenido un TCA y la edad promedio de inicio es a los 13 años (Marín y Treasure, 2021), por tanto, las que tienen más riesgo de desarrollar un TCA son niñas y adolescentes.
A diferencia de otros trastornos, estos conllevan un alto nivel de sufrimiento, un deterioro funcional en distintos ámbitos de la vida, con mayor riesgo de cronificarse y hasta podría tener consecuencias fatales si no son tratados adecuadamente.
Es por ello, que resulta de extrema importancia poder tomar medidas oportunas para prevenir que niñas y adolescentes desarrollen estas enfermedades, pero para esto, primero debemos saber cuáles son los factores que inciden en el desarrollo de estas enfermedades.
Es así como la evidencia ha demostrado que hay ciertas creencias y estereotipos de la cultura occidental que pueden influir en que las personas desarrollen un trastorno de la alimentación (Cruzat-Mandich, Gallegos y Saravia, 2021), dentro de ellos, está el ideal de belleza femenino y la visión del cuerpo de la mujer como objeto. Así, estos estereotipos y creencias enfatizan la idea de que las mujeres son evaluadas primariamente por su apariencia física, y por ende, el valor y el éxito de una mujer radica en que encaje en el ideal de belleza femenina (Cruzat-Mandich, Gallegos y Saravia, 2021). Entonces, las mujeres interiorizan este ideal de belleza y ante la dificultad de alcanzarlo se sienten insatisfechas con su cuerpo. Esto muchas veces las llevan a comenzar dietas que, en ciertos casos, se van restringiendo aún más y mutan a un TCA. En esta misma línea, otro factor que incide en el desarrollo del TCA es la presión percibida por ser delgada, ya que, ésta promueve que las mujeres se sientan insatisfechas por el cuerpo y así comienzan con dietas que facilitan el desarrollo de la enfermedad.
Sabiendo esto, ¿Cómo podemos todos ayudar para prevenir que los adolescentes y niñas puedan desarrollar un TCA?: de forma lenta y progresiva debemos aportar en restarle importancia a la apariencia física y potenciar la idea que el valor de una persona no está en el número de una balanza. Para esto, el primer paso es ser consciente de como se fomenta con palabras y acciones que existe un ideal de belleza al que todos debemos llegar y que es lo más importante en una persona. Por ejemplo: las personas potencian estos ideales al hacer comentarios del peso de otros; sobre la cantidad de comida que ingiere o también al realizar acotaciones sobre la propia apariencia, y estar constantemente con dietas restrictivas, entre otros. El segundo paso es evitar realizar estos comentarios, de esta manera, las niñas y adolescentes no percibirán una presión de parte de sus cercanos por estar delgada y posiblemente estarán más cómodas con su apariencia. Y así, no tendrían que acudir a medidas extremas para cambiar su cuerpo, las que pueden llevar al desarrollo de patrones alimenticios patológicos. De esta manera, propongo que las familias y amigos actuemos potenciando hábitos saludables y enseñemos a cuidar nuestro cuerpo desde el amor y no desde el odio.
Es sabido que no es fácil realizar un cambio en los estereotipos e ideales de belleza en nuestra sociedad, sin embargo, todos podemos aportar para que nuestros seres queridos no se sientan presionados para estar delgados por nosotros. De esta manera, progresivamente se van derribando los ideales de belleza inalcanzables.
Referencias
Marín, M & Treasure, J. (2021) Factores predisponentes y precipitantes en los trastornos de la conducta alimentaria. En Gómez, D., López , C., Raimann, X., Cruzat-Mandich, C. (Eds.). Trastornos de la conducta alimentaria y obesidad (1 ed., pp. 37 – 41). Chile: Editorial IKU.
Cruzat-Mandich, C., Gallegos, M., Saravia, S. (2021) Epidemiología en trastornos de la conducta alimentaria. En Gómez, D., López, C., Raimann, X., Cruzat-Mandich, C. (Eds.). Trastornos de la conducta alimentaria y obesidad (1 ed., pp. 42 – 49). Chile: editorial IKU.